Cambia mi físico...
- Aumenta mi estatura y peso (“estirón” adolescente).
- Me crece pelo en las axilas y genitales.
- Si soy chica empezaré a tener la “regla” y se desarrollaran los pechos.
- Si soy chico mejorará mi musculatura y la voz se volverá más grave.
- Pueden aparecer los primeros granos o “acné”.
- La maduración cerebral continúa hasta los 21 años.
Aunque no nos damos cuenta, nuestro cerebro se desarrolla mejorando nuestra memoria, la capacidad de aprender, la toma de decisiones. Una
mala alimentación o el consumo de sustancias pueden afectar este proceso, incluso llegando a producirse lesiones irreversibles.
Cambia mi manera de pensar...
- Somos más capaces de pensar en las posibles opciones que tenemos ante una situación y las consecuencias de cada una.
- Se amplía la comprensión de conceptos inmateriales como el amor, la justicia o la libertad.
- Estamos más preparados para asumir mayor grado de autonomía en nuestras decisiones y responsabilidades. No se tiene que confundir con el término independencia en el sentido de no necesitar nada de nadie o querer hacerlo a solas sin ninguna ayuda.
Cambian mis relaciones…
- Tomamos más conciencia que somos diferentes de los demás en nuestras opiniones y en la manera como amamos, las cosas que nos alegran o nos hacen sentir tristes, nuestras preocupaciones o miedos, y cómo actuamos cuando estamos enfadados...
- Aumenta la necesidad de intimidad personal respecto a nuestro cuerpo y las relaciones.
- El grupo de amigos pasa a ser nuestra prioridad; mejoramos las habilidades sociales observando cómo reaccionan los amigos, nuestro tono de voz, nuestra expresión facial, el contacto físico, cómo decimos las cosas…
- La relación con los padres cambia y empezamos a interaccionar con ellos como personas adultas.