El estrés puede reducirse mediante la práctica de lo que denominamos “fitness” mental. Aquí proponemos algunas estrategias efectivas:
- Sumar momentos emocionales positivos: Cuando las preocupaciones nos angustian, es útil recordar que no duran eternamente, aunque tengamos la sensación contraria. Recuerda todos aquellos momentos que te han producido bienestar, consuelo, ternura, confianza, y otras emociones positivas para poderlas visualizar y recordar cuando lo necesites.
- Aprender maneras de afrontar los pensamientos negativos: Los pensamientos negativos pueden ser insistentes y ruidosos, tienen la particularidad de ocupar mucho de espacio dentro de nuestra cabeza. Intentar bloquearlos nunca funciona. Una buena alternativa será permitir la entrada de pensamientos positivos que desplacen a los otros y ocupen el espacio que no tienen.
- Conectar con uno mismo: Es decir, estar “online” con un mismo de forma que el cuerpo, los pensamientos, y las emociones estén en sintonía, para poder informar de cómo nos sentimos en cada momento.
- Ponerse metas y objetivos realistas: Construir propuestas realistas y posibles que permitan acercarnos a nuestras expectativas y deseos.
- Soñar despierto: Disponer de un momento para parar y relajarnos. Como ejemplo, podrías probar el siguiente ejercicio: Cierra los ojos, imagina un lugar tranquilo, relajado, y respira lenta y profundamente. Sea donde sea que te lleve la imaginación, déjate rodear por este clima relajante creando una sensación de paz y tranquilidad.